Autonomía, Autoridad y Proceso de Delegación (2)

 


Como comentábamos en nuestro anterior post y como resumen, la delegación exitosa implica empoderar a los empleados otorgándoles la autoridad necesaria y permitiéndoles ejercer autonomía para lograr sus tareas y metas de manera efectiva.
 
Sin embargo, ¿Cómo se maneja, gestiona un proceso de delegación efectivo?

Recordemos que un proceso de delegación implica transferir la responsabilidad de llevar a cabo una tarea o proyecto a una persona o miembro del equipo, mientras se les otorga la autoridad necesaria para tomar decisiones relacionadas con esa tarea.

Para ello se requiere realizar las siguientes acciones:

Identificar las tareas adecuadas para delegar. El primer paso es determinar qué tareas son apropiadas para ser delegadas. Estas suelen ser actividades que otros miembros del equipo tienen la capacidad y el tiempo para manejar.
 
Seleccionar a la persona adecuada: Identifica al miembro del equipo con las habilidades, conocimientos y experiencia adecuados para llevar a cabo la tarea. Ten en cuenta las fortalezas y debilidades individuales.
 
Establecer expectativas claras: Comunica de manera precisa los objetivos, las metas y los plazos relacionados con la tarea delegada. Asegúrate de que el empleado comprenda lo que se espera.
 
Otorgar autoridad: Proporciona la autoridad necesaria para tomar decisiones relacionadas con la tarea. Esto puede incluir la toma de decisiones sobre recursos, procesos y la gestión de problemas.
 
Proporcionar apoyo y recursos: Asegúrate de que la persona de tu equipo tenga acceso a los recursos, la información y el apoyo necesarios para llevar a cabo la tarea con éxito.
 
Establecer un sistema de seguimiento: Define cómo se informará el progreso y cómo se mantendrá el contacto con el empleado. Establece puntos de control o reuniones periódicas para evaluar el avance.
 
Fomentar la rendición de cuentas: Deja en claro que la persona es responsable de la tarea delegada y que debe rendir cuentas por los resultados. Esto fomenta la responsabilidad y el compromiso.
 
Retroalimentación y apoyo continuos: Ofrece información de retorno, de progreso de manera constructiva y apoyo a lo largo del proceso. Asegúrate de estar disponible para responder preguntas y resolver problemas.
 
Evaluar y reconocer el desempeño: Evalúa el desempeño del empleado una vez que se complete la tarea. Reconoce los logros y proporciona retroalimentación que pueda ayudar a mejorar el proceso de delegación en el futuro.
 
Aprender y ajustar: Después de cada proceso de delegación, reflexiona sobre lo que funcionó y lo que podría mejorarse. Utiliza esta retroalimentación para perfeccionar tus habilidades de delegación en futuras ocasiones.
 
La delegación efectiva no solo alivia la carga de trabajo del líder, sino que también permite el desarrollo de habilidades de los empleados, aumenta la motivación y el compromiso, y mejora la productividad en la organización.

Sin embargo, es importante recordar que la delegación exitosa requiere una comunicación clara, una definición precisa de roles y responsabilidades, y la confianza en los miembros del equipo.

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