Aprendiendo a describir nuestro puesto de trabajo (y 4)


Con este artículo ya damos por finalizada la serie de cómo describir nuestro puesto de trabajo.

En los anteriores artículos hemos hablado de:

Misión y principales tareas y cómo iniciar un proceso de revisión de lo que hacemos y cómo lo hacemos. Incluyendo en nuestras descripciones una referencia a los procesos en los que participamos como propietario o actor.

A continuación hicimos referencia a incluir en las descripciones la referencia a los requerimientos del puestos en cuanto a conocimientos, experiencia, periodo de integración, habilidades y destrezas.

En nuestra tercera "entrega" hicimos mención al apartado de responsabilidad acerca del uso, acceso y manejo de recursos (información, materiales, seguridad, dirección, inversiones, gastos,...) y el alcance y repercusión de las decisiones, soluciones y errores.

Pues el último apartado hace referencia tanto al entorno de trabajo, condiciones y esfuerzos físicos, mentales y emocionales) requeridos.

A entorno de trabajo nos referimos a la descripción detallada de las características y las condiciones intrínsecas al puesto de trabajo que no pueden ser modificadas; como por ejemplo, ambiente y entorno físico, desplazamientos, estancias fuera del centro de trabajo con pernota o no, peligrosidad y/o penosidad de las actividades, el tipo, frecuencia e intensidad del esfuerzo físico, mental y emocional que supone el ejercicio de las actividades o tareas del puesto de trabajo.

Con toda esta información; a saber misión, principales tareas y procesos de trabajo, relaciones (organigrama y tipo de supervisión) requerimientos técnicos del puesto (conocimientos, habilidades, destrezas, experiencia y tiempo de integración), ámbito de responsabilidad (información, seguridad, dirección, decisión/autonomía y errores) y condiciones y entorno de trabajo podemos afrontar un proceso de valoración de puestos de trabajo.

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