Los
conceptos de "autonomía" y "autoridad" son esenciales en el
proceso de delegación y en la gestión de equipos.
A continuación,
os explicamos sus significados y su relación con la delegación.
En
cuanto al significado de la autonomía, ésta se refiere a la capacidad de una
personas o de los miembros un equipo para tomar decisiones y actuar de manera
independiente, sin la necesidad de una supervisión constante o aprobación
constante de un superior. Implica la libertad de tomar decisiones dentro de
ciertos límites y responsabilidades definidos.
¿Para
qué nos sirve la autonomía?
Para muchas personas (entre las que me encuentro) es fundamental para fomentar la responsabilidad, la motivación y la creatividad en los empleados. Les permite sentirse empoderados y comprometidos, ya que tienen la capacidad de tomar decisiones que afectan su trabajo y contribuyen al logro de los objetivos organizacionales.
¿Y qué
significado tiene la autoridad?
Ésta se refiere al poder o el derecho para tomar decisiones, dar órdenes, instrucciones, ofrecer pautas y ejercer el control sobre otras personas o recursos.
En un
contexto empresarial, la autoridad suele derivar de un cargo o posición
jerárquica dentro de la organización.
¿Para
qué sirve la autoridad?
Es relativamente necesaria para mantener el orden y la toma de decisiones efectiva en una organización. Las personas directivas necesitan autoridad (obtenerla o conseguirla) para delegar tareas y tomar decisiones estratégicas.
¿Qué
relación tienen ambas variables (autonomía y autoridad) con el proceso de
delegación?
Entendemos que la delegación es el proceso de transferir la responsabilidad de llevar a cabo tareas (ejecución) y la autoridad necesaria para tomar decisiones relacionadas con esas tareas a un empleado o miembro del equipo. En la delegación, los líderes (que tienen autoridad) otorgan autonomía a sus subordinados para que puedan asumir tareas y tomar decisiones de manera independiente dentro de los límites establecidos.
Para muchas personas (entre las que me encuentro) es fundamental para fomentar la responsabilidad, la motivación y la creatividad en los empleados. Les permite sentirse empoderados y comprometidos, ya que tienen la capacidad de tomar decisiones que afectan su trabajo y contribuyen al logro de los objetivos organizacionales.
Ésta se refiere al poder o el derecho para tomar decisiones, dar órdenes, instrucciones, ofrecer pautas y ejercer el control sobre otras personas o recursos.
Es relativamente necesaria para mantener el orden y la toma de decisiones efectiva en una organización. Las personas directivas necesitan autoridad (obtenerla o conseguirla) para delegar tareas y tomar decisiones estratégicas.
Entendemos que la delegación es el proceso de transferir la responsabilidad de llevar a cabo tareas (ejecución) y la autoridad necesaria para tomar decisiones relacionadas con esas tareas a un empleado o miembro del equipo. En la delegación, los líderes (que tienen autoridad) otorgan autonomía a sus subordinados para que puedan asumir tareas y tomar decisiones de manera independiente dentro de los límites establecidos.
La delegación exitosa implica equilibrar la autonomía y la autoridad. Cuando se delega, el líder está otorgando la autoridad a la persona, lo que les permite tomar decisiones y actuar por sí mismos. La autonomía que se proporciona permite al empleado ejercer esa autoridad de manera efectiva.
Una delegación efectiva implica:
- Establecer expectativas claras.
- Proporcionar recursos y apoyo necesarios.
- Definir límites y responsabilidades.
- Fomentar la rendición de cuentas.
- Ofrecer información de progreso (retroalimentación) y seguimiento.
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