Cerrar o revisar tu jornada significa reflexionar acerca de cuatro acciones que durante tu tiempo de trabajo (un día, una semana es lo recomendable) has realizado o no.
Son las siguientes:
- Tareas previstas a realizar durante la jornada (recuerda el día o la semana objeto de tu estudio)
- Tareas imprevistas que han aparecido durante la jornada.
- Tareas realizadas y no realizadas (de aquellas que estabas previstas por ti durante la jornada.
- Tareas realizadas y no realizadas (de aquellas que no estaban previstas por ti durante la jornada.
Ahora dispon esta información en la siguiente matriz.
Tareas previstas | Realizadas o no realizadas |
Tareas imprevistas | Realizadas o no realizadas |
Y ahora haz las siguientes reflexiones:
- Equilibrio o desequilibrio entre tareas previstas e imprevistas. Está claro que el apartado de tareas imprevistas (que siempre hay) tiene que ser considerablemente menor de las inicialmete previstas por ti. Si no es así puede ser que tu error resida en tu capacidad de previsión.
- Equilibrio o desequilibrio entre las tareas previstas y las realizadas. En esta situación y para tener la sensación de productividad el balance tiene que ser positivo; es decir haber ejecutado todas las tareas previstas por ti. Si es así, celébralo puesto que te ajustas a tu previsión y en el tiempo de ejecución.
- Equilibrio o desequilibrio entre la realización o no de las tareas imprevistas y previstas. Es decir, es posible que la concentración en las tareas imprevistas y su realización (finalización) hayan impedido realmente hacer lo que realmente se tenía previsto realizar.
Al final de la reflexión debemos detectar las causas raiz de nuestra improductividad.
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