¿Qué queremos que los empleados vivan cuando se incorporan a la empresa o bien trabajan en ella? ¿Le damos importancia a este detalle; es decir, sus vivencias, impresiones cuando están trabajando con nosotros?
Desde la dirección de la empresa, el equipo directivo, el departamento de RR.HH. y, en definitiva, toda la línea de mando debe ser capaz de crear momentos a lo largo del ciclo vital-profesional del empleado en nuestra organización para fomentar los valores, comportamientos y actitudes que generan satisfacción y compromiso.
No solo debemos ser capaces de detectar, atraer, desarrollar sino obtener el máximo compromiso posible, dedicación y sentido a sus actividades profesionales.
Uno de los objetivos es crear un entorno cómodo, práctico en el que el empleado sea productivo y se sienta reconocido, apreciado y valorado. Como consecuencia su sentido de pertenencia se incrementará. (Y si no, al menos su empleabilidad será alta y posiblemente sea un referente cuando hable de nosotros)
Pero, ¿cómo conseguimos diseñar una experiencia de empleado? Ese es el reto. Siempre nos podemos inspirar en nuestro proceso de acogida e integración (si, no inventamos nada con el concepto de experiencia de cliente, antes era un buen proceso de acogida e integración)
Recientemente estoy embarcado en proyectos de formación que están orientados a diseñar una experiencia del empleado. Para ello necesitamos las siguiente herramientas:
- Concebir la experiencia del empleado como un proceso con diferentes momentos clave; los momentos de la verdad.
- Trabajar con herramientas visuales que nos permitan ir desgranando todos esos momentos que vive un empleado cuando entra (o está) en nuestra organización. Por ejemplo podemos utilizar el mapa de la empatía y el mapa de la experiencia de cliente o incluso el sociograma laboral y la Propuesta de valor del empleado
- Disponer de un modelo de referencia; personalmente utilizo L2P2R (liderazgo, procesos, personas, resultados y relaciones)
- Crear un grupo de trabajo de referencia que se dedique a diseñar, implantar, documentar, gestionar y formar a los actores de la experiencia del empleado. No es solo tarea de RR.HH. sino de la línea de mando y la dirección.
- Y sobretodo hacerse preguntas. ¿Cuáles? Aquí os dejo algunas.
¿Qué solicita la organización, y Recursos Humanos al empleado, a cambio de los servicios ofrecidos?
¿Qué necesitan nuestros empleados?
¿Sabemos cuáles son sus objetivos?
¿Hemos identificado cuáles son sus motivaciones?
¿Cómo se sienten nuestros colaboradores en la empresa?
¿Que deberíamos hacer para ofrecer a los empleados, la experiencia más grata, humana y sensible posible, en los momentos de la verdad, donde la integridad emocional de las personas, o la viabilidad financiera de la compañía estarían seriamente comprometidas ante la incidencia de eventos imprevistos?
¿Que deberíamos hacer desde RRHH, para involucrar a directivos y líderes en el diseño, comunicación, desarrollo y aplicación de prácticas, que efectivamente mejoren la experiencia del empleado, a todos los niveles y en cualquier ámbito de la organización?
En fin esto tan solo es el inicio, podemos desarrollarlo mucho más.
Recordáis la película "El informador" (recomendable). Os dejo una secuencia ejemplo de incorporación de un empleado a la empresa y comentéis cuál es la experiencia del incorporado.
Secuencia de la película "El informador"
Un encuentro, una solución
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