Para generar ideas en un grupo de trabao y estimular la creatividad de los miembros tenemos a nuestro alcance algunas técnicas; una de ellas es la Técnica Gordon.
Pero, ¿qué es la técnica Gordon? y ¿cómo la podemos utilizar?
Dicha técnica es parecida a la técnica del "brainstorming" o tormenta de ideas. La principal diferencia radica en que el facilitador del grupo sabe cual es el origen del problema que hay que considerar, mientras que los participantes no.
Se inicia la discusión acerca de la percepción de la situación y sólo cuando los participantes estén próximos a la solución satisfactoria el facilitador está en condiciones de presentar la situación en toda su amplitud.
La clave de este método están en que los participantes parten de la “ignorancia” para así generar muchas ideas y sugerencias desde el inicio de la sesión y evitar llegar a la “solución” demasiado pronto y rápido.
La primera tarea del facilitador (o piloto del grupo de trabajo), y posiblemente también la más difícil, es seleccionar un tema de discusión. Este debe estar estrechamente relacionado con el problema, pero su naturaleza exacta no debe ser revelada.
Gordon consideraba un peligro que en una típica sesión de brainstorming hubiera un participante convencido de que una de las ideas que ha propuesto es la mejor solución posible al problema. En consecuencia, los participantes pueden parar de producir ideas adicionales y dedicar sus energías a defender “su creación”. Sin embargo, la técnica de Gordon evita esta situación ya que no puede haber una “mejor solución” para un problema que todavía no se conoce.
Los participantes discuten de forma general sobre temas relacionados con el problema a tratar pero sin llegar a ninguna parte. Aunque a veces pueda parecer tiempo perdido, el beneficio está en que los participantes suelen cubrir aspectos sobre los que nunca se discutirían si conocieran con precisión el problema específico.
Pongamos un ejemplo; la situación que desconocen los participantes del grupo de trabajo es que el cliente desea/exige la reducción del tiempo de entrega de 1 semana a 48 horas.
En lugar de plantearlo de esta manera el facilitador del grupo reúne a los miembros y les plantea la siguiente cuestión.
¿Cómo conseguir que nuestros clientes estén más satisfechos?
A continuación, exploramos las respuestas y concretamos un poco más con otra pregunta abierta; como por ejemplo ...
¿Cómo dar un buen servicio al cliente?
Con las respuestas, seguiremos con la finalidad de concretare más todavía con la siguiente cuestión:
¿Qué desean los clientes de un buen servicio de entrega?
Finalmente se plantea la verdadera cuestión:
¿Cómo recortar nuestro plazo de entrega de 1 semana a 48 horas?
Y se generan ideas en la línea de las respuestas a las cuestiones planteadas anteriormente.
Esta técnica exige un elevado grado de preparación por parte del facilitador y de control y moderación de las diferentes aportaciones.
Un encuentro, una solución
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